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La radiografía de cuello (también llamada radiografía de columna cervical) es una imagen de rayos X de las vértebras cervicales, que son los siete huesos del cuello que rodean y protegen la parte superior de la médula espinal. En la radiografía de cuello también se muestran las estructuras circundantes, como las cuerdas vocales, las amígdalas, la tráquea y la epiglotis (la porción de tejido que cubre la tráquea cuando tragamos).
En una radiografía, los rayos X (una forma de radiación) atraviesan al cuerpo y forman una imagen en una placa. Las estructuras densas, como los huesos, aparecen de color blanco en las radiografías, ya que a través de ellas pasa muy poca radiación hacia la placa que se encuentra del otro lado. Los tejidos blandos, como los vasos sanguíneos, la piel, la grasa y los músculos, son menos densos, por lo que pueden ser atravesados por más radiaciones. Estas estructuras se ven de color gris oscuro en la radiografía.
Si un paciente tiene una lesión en el cuello o rigidez persistente, dolor o debilidad en las extremidades superiores, el médico tal vez le indique una radiografía. En la radiografía se buscarán indicios de las siguientes afecciones:
Las radiografías son muy seguras y, por lo general, no producen efectos secundarios ni complicaciones. En una sola radiografía se utiliza muy poca cantidad de radiación. Sin embargo, si se realizan varias, aumentará el riesgo de padecer enfermedades como consecuencia de la exposición a la radiación.
Los niños y los bebés en gestación son especialmente sensibles a las radiaciones. Si está embarazada, infórmeselo al médico, de modo que puedan tomarse las precauciones necesarias durante el procedimiento. Si está embarazada y debe hacerse una radiografía de cuello, deberá colocarse un chaleco de plomo para cubrir el abdomen, para que las radiaciones no afecten al feto. Los niños también deben colocarse un chaleco de plomo para cubrir el abdomen y proteger los órganos reproductivos de las radiaciones.
Un radiólogo efectúa el estudio en el departamento de radiología del hospital o en el consultorio del médico. El paciente debe quitarse las prendas y joyas de la parte superior del cuerpo, ya que el metal puede interferir con los equipos radiográficos.
Luego debe recostarse sobre una camilla y el aparato de rayos X se colocará sobre el área del cuello. Para que la imagen no salga borrosa, debe permanecer quieto y sostener la respiración durante algunos segundos. El radiólogo suele pedirle al paciente que se coloque en distintas posiciones para tomar radiografías desde diferentes ángulos. El procedimiento no es doloroso y generalmente demora 15 minutos o menos.
El radiólogo revela las radiografías y se las envía al médico días más tarde. Si los huesos y tejidos se ven normales en las radiografías, probablemente no haya osteofitos, deformidades en la columna, espondilosis cervical, etc. Si en las radiografías aparece alguna de estas anomalías, el médico le informará cuáles son las opciones de tratamiento disponibles.
Escrito por (en Inglés): Heather Ross
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD