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El reemplazo de la articulación de la rodilla es una intervención quirúrgica en la cual se reemplaza una rodilla lesionada o enferma por una articulación artificial llamada prótesis,
que imita la función de la rodilla. Las prótesis se fabrican con aleaciones de metal, plásticos y polímeros, y pueden hacerse a medida para satisfacer sus necesidades. Para seleccionar una rodilla ortopédica, el médico considerará su edad, peso, nivel de actividad y estado de salud general (American Academy of Orthopaedic Surgeons [Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos, AAOS], 2011).
La intervención quirúrgica para extraer la rodilla anterior y reemplazarla con una prótesis solo demora dos horas; no obstante, la recuperación y rehabilitación pueden durar varios meses.
La intervención también se conoce como artroplastia de rodilla. Los reemplazos de rodilla son un tipo de cirugía muy común. Según la Agency for Healthcare Research and Quality [Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica], se realizan más de 600.000 reemplazos de rodilla por año en los Estados Unidos (AAOS, 2011).
Los daños producidos por el reumatismo articular son el motivo más común por el cual deben reemplazarse las articulaciones de las rodillas. Esto incluye tanto la osteoartritis como la artritis reumatoide.
El reemplazo de rodilla generalmente se recomienda solo después de que se hayan probado sin éxito otras opciones de tratamiento menos invasivas. Entre las opciones de tratamiento estándar, se incluyen bajar de peso, tomar medicamentos, hacer fisioterapia y utilizar aparatos de ayuda, como un bastón o una rodillera ortopédica.
Los factores clave para determinar si usted es un candidato viable para un reemplazo de la articulación de la rodilla incluyen los siguientes:
La cirugía de rodilla generalmente se realiza en personas mayores de 55 años. Las personas más jóvenes a quienes se les realiza el reemplazo de rodilla generalmente superan la vida útil de las rodillas artificiales y necesitan un segundo reemplazo.
Cada candidato a realizarse una cirugía de reemplazo de rodilla debe evaluarse de manera individual.
Cada intervención médica implica el riesgo de sufrir hemorragias, coágulos e infecciones. El médico le explicará estos riesgos y lo que puede hacer para minimizarlos. La Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos establece que menos del dos por ciento de las más de 600.000 personas que se realizan un reemplazo total de rodilla por año en los Estados Unidos presentan complicaciones graves (AAOS, 2011).
Entre las complicaciones relacionadas con la cirugía de reemplazo de rodilla, se incluyen las siguientes:
Las infecciones son una preocupación constante para las personas que reciben articulaciones artificiales. Debido a que las bacterias y otras sustancias contaminantes habitualmente fluyen por la sangre, pueden infectar la rodilla artificial. Si la rodilla artificial se infecta, deberá reemplazarse total o parcialmente.
Si se presentan los siguientes síntomas, comuníquese de inmediato con el médico (Mayo):
Antes de la cirugía, el médico realizará una revisión médica general para evaluar el estado de salud general y los riesgos de la anestesia. Esta evaluación incluye antecedentes médicos completos, exploración física, análisis de sangre, radiografías y otras pruebas de diagnóstico por imágenes.
Deberá proporcionarle al médico sus antecedentes médicos completos, incluida cualquier cirugía anterior y afecciones médicas permanentes que padezca. Indique a su médico si toma algún medicamento (incluidos los medicamentos de venta libre y los suplementos nutricionales), ya que posiblemente deberá dejar de tomar algunos o todos ellos antes de la cirugía.
Además, informe a su médico si alguna vez tuvo una reacción alérgica a la anestesia. El médico analizará las opciones de anestesia según lo que usted prefiera y lo que él considere adecuado para su situación. Puede ser anestesia general, lo cual significa que estará dormido durante la cirugía, o anestesia en la columna, que le permitirá estar despierto pero no sentir dolor de la cintura para abajo.
El médico le entregará al cirujano los resultados de su evaluación médica, antecedentes médicos y tipo de anestesia elegida.
Antes de la cirugía, deberá adecuar su hogar para su recuperación. Es probable que deba caminar con la ayuda de muletas o un andador durante varias semanas y tal vez deba instalar agarraderas en la ducha y alrededor del inodoro. Es bueno tener una silla y un reposapiés disponibles para que pueda levantar la pierna. Si es posible, permanezca en el primer piso si tiene una casa de varios pisos.
Su médico y el equipo quirúrgico le darán instrucciones completas sobre cómo prepararse mejor para la cirugía. Es importante seguir esas instrucciones lo más rigurosamente posible.
En el momento de la cirugía, deberá ponerse una bata de hospital, le colocarán una vía intravenosa (para suministrarle líquidos y nutrientes durante la cirugía) y le pedirán que se acueste sobre una cama con ruedas. Antes de la cirugía, le administrarán el tipo de anestesia que usted y su médico hayan elegido y lo llevarán al quirófano.
Durante la intervención, que dura entre una y dos horas, el cirujano realizará un corte quirúrgico largo sobre la rodilla. Luego de correr la piel y el músculo hacia atrás, cortará los cartílagos y huesos dañados.
La nueva articulación de la rodilla se sujetará al fémur (el hueso del muslo) y la tibia (el hueso principal de la parte inferior de la pierna) con cemento especializado, clavos y tornillos. Cuando se haya completado este proceso, la herida de la incisión se cerrará con puntos y se vendará.
Luego lo llevarán a una sala de recuperación especial, donde se controlarán sus signos vitales de manera continua.
Después de la cirugía, sentirá que la pierna está rígida y tendrá un poco de dolor, que podrá calmar con analgésicos administrados por vía intravenosa. Además de los medicamentos para el dolor, se le administrarán medicamentos para evitar la coagulación de la sangre.
La mayoría de las personas comienzan la fisioterapia el día posterior a la cirugía para estimular el flujo sanguíneo que va hacia los tejidos que rodean la nueva rodilla. El cirujano puede recomendarle que use una máquina de movimiento pasivo continuo, que es un aparato especial similar a un soporte ortopédico que mueve continuamente la rodilla con un movimiento suave de flexión.
Luego de algunos días, si el cirujano está satisfecho con los resultados de la intervención quirúrgica y considera que está apto para irse, le dará el alta del hospital.
Después de la cirugía, deberá realizar fisioterapia durante varios meses. El cirujano y el equipo de fisioterapia elaborarán un programa adecuado para usted.
Escrito por (en Inglés): Brian Krans
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD