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La hernia inguinal se produce cuando una parte del intestino delgado sobresale a través de un desgarro o debilidad en la ingle (el área entre el abdomen y el muslo). La hernia inguinal puede afectar a cualquier persona, pero es más frecuente entre los hombres.
El procedimiento para su reparación, que se conoce también como herniorrafia inguinal o reparación abierta de hernia, es la intervención quirúrgica que se utiliza para revertir esta situación. Durante el procedimiento, el tejido sobresaliente se restituye a su lugar original dentro del abdomen. Se aplican puntos para fortalecer y sostener la pared abdominal.
No siempre se requiere cirugía pero, generalmente, las hernias no mejoran sin una intervención quirúrgica. En algunos casos, si una hernia no recibe tratamiento puede ser mortal. Si bien existen algunos efectos secundarios y riesgos relacionados con la cirugía, la mayoría de los pacientes obtienen buenos resultados.
Estas hernias suelen diagnosticarse mediante una exploración física. No siempre se conoce la causa, pero las hernias pueden ser el resultado de puntos débiles en la pared abdominal. Las debilidades también pueden atribuirse a defectos congénitos (desde el nacimiento) o formarse con el transcurso del tiempo. Algunos de los factores de riesgo de la hernia inguinal son los siguientes:
Si bien tanto adultos como niños pueden tener una hernia inguinal, la mayor propensión se da siempre entre los varones. Quienes ya tuvieron una hernia corren un mayor riesgo de presentar otra y la segunda hernia suele producirse del lado opuesto del cuerpo.
Los síntomas de hernia inguinal incluyen una protuberancia en el área de la ingle acompañada de dolor, presión o molestia localizada, especialmente al levantar objetos, inclinarse o toser. Los síntomas suelen aliviarse durante el reposo. Los hombres también tienden a presentar inflamación en el área que rodea los testículos.
La protuberancia de una hernia puede a veces volverse a su lugar si la persona se recuesta boca arriba sobre una superficie plana. Si la hernia inguinal es pequeña, posiblemente no se observe ningún síntoma.
Si se sospecha la presencia de una hernia, pero aún no se ha confirmado el diagnóstico, es necesario consultar a un médico.
Cuando la hernia no supone un problema para el paciente, no siempre se recomienda una cirugía inmediata. No obstante, es importante tener en cuenta que la mayoría de las hernias no desaparecen sin tratamiento. Pueden, incluso, agrandarse y volverse más incómodas con el tiempo.
Para la mayoría de los seres humanos, la protuberancia de la hernia resulta muy dolorosa. Ese dolor suele intensificarse al toser, levantar algún objeto o inclinarse. El médico sugerirá una intervención quirúrgica en los siguientes casos:
Si el intestino se retuerce o queda atrapado, la hernia puede representar un peligro mayor. Pueden aparecer fiebre, taquicardia, dolores, náuseas y vómitos. La protuberancia puede adquirir una coloración oscura.
Si se presenta alguno de estos síntomas, comuníquese con el médico de inmediato. Esta es una afección que pone en peligro la vida y exige una intervención quirúrgica de emergencia.
Al reunirse con el médico antes de la cirugía, lleve una lista de todos los medicamentos, recetados y de venta libre, que esté tomando. Pida que le indiquen qué medicamentos debe dejar de tomar antes de la intervención quirúrgica. Por lo general, esto incluye los fármacos que intervienen en la coagulación de la sangre, como las aspirinas. También es importante que le informe al médico si está embarazada o podría estarlo.
Pídale al médico que le dé las instrucciones específicas correspondientes a su afección médica y al procedimiento al que se someterá. Es probable que le recomienden no comer ni beber desde la medianoche previa al día de la cirugía. También deberá prever que otra persona lo lleve del hospital a su casa después de la cirugía.
La hernia inguinal puede repararse con una cirugía convencional (abierta) o con laparoscopía (inserción de un tubo delgado e iluminado que tiene una cámara en el extremo).
Como se utiliza anestesia general, usted estará dormido mientras dure la intervención. El cirujano puede decidir usar anestesia local si la hernia es pequeña. En ese caso, usted estará consciente pero le administrarán medicamentos para que no sienta dolor y pueda relajarse.
El cirujano realizará una incisión, ubicará la hernia y la seccionará de los tejidos aledaños. Devolverá a su lugar el tejido herniado dentro del abdomen.
Se aplicarán puntos para cerrar el desgarro o para fortalecer los músculos abdominales debilitados. Algunas veces, se inserta una malla para fortalecer el tejido abdominal y reducir el riesgo de una hernia futura.
Este procedimiento se utiliza cuando la hernia es pequeña y de fácil acceso. Deja cicatrices más pequeñas que la cirugía convencional y el tiempo de recuperación es menor. El procedimiento es el mismo que en la cirugía convencional, pero se utiliza un laparoscopio e instrumental en miniatura.
Probablemente le sugieran levantarse alrededor de una hora después de la cirugía. Es posible que los hombres tengan dificultades para orinar en las horas subsiguientes a la cirugía, lo cual se soluciona con la aplicación de una catéter (un tubo pequeño que drena la orina desde la vejiga).
Esta cirugía suele realizarse con modalidad ambulatoria. Sin embargo, si surgen complicaciones, es posible que deba permanecer en el hospital hasta que se resuelvan.
Si se sometió a una cirugía convencional, la recuperación plena puede demorar hasta seis semanas. Con la laparoscopía, puede retomar sus actividades normales en unos días.
El pronóstico después de esta cirugía suele ser muy alentador. La incidencia de recidivas de las hernias inguinales es de menos de tres por cada 100 pacientes, según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases [Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, NIDDK].
Entre los riesgos que supone toda cirugía se encuentran los siguientes:
Existen también riesgos específicos de la reparación de hernia inguinal. Por ejemplo:
Escrito por (en Inglés): Ann Pietrangelo
Revisado médicamente (en Inglés)
: Geroge Krucik