Join AARP
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Your email address is now confirmed.
You'll start receiving the latest news, benefits, events, and programs related to AARP's mission to empower people to choose how they live as they age.
You can also manage your communication preferences by updating your account at anytime. You will be asked to register or log in.
In the next 24 hours, you will receive an email to confirm your subscription to receive emails related to AARP volunteering. Once you confirm that subscription, you will regularly receive communications related to AARP volunteering. In the meantime, please feel free to search for ways to make a difference in your community at www.aarp.org/volunteer
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
En promedio, una persona respira entre ocho y 16 veces por minuto. La respiración rápida y superficial, también denominada taquipnea, se produce cuando se respira más que lo normal en el transcurso de un minuto. Cuando se respira rápidamente, a veces este proceso recibe el nombre de hiperventilación. La hiperventilación o taquipnea (ambos términos se emplean indistintamente) se produce como consecuencia de diversas afecciones, desde una infección pulmonar hasta una insuficiencia cardíaca. Este síntoma debe informarse y tratarse de inmediato siempre para prevenir complicaciones.
La taquipnea puede ser producto de muchas afecciones diferentes. Contar con un diagnóstico médico adecuado permitirá determinar la causa. Por lo tanto, debe informar al médico todo episodio de taquipnea que sufra para recibir tratamiento de emergencia, especialmente la primera vez que ocurre.
Llame al 911 si tiene alguno de los siguientes síntomas:
La respiración rápida y superficial puede ser consecuencia de infecciones, atragantamiento, coágulos sanguíneos, insuficiencia cardíaca o asma.
Las infecciones que afectan los pulmones, como la neumonía o la bronquiolitis, pueden causar dificultad para respirar, lo cual puede traducirse en una respiración más corta y rápida. Si estas infecciones empeoran, los pulmones pueden llenarse de líquido y dificultar la respiración profunda. En casos poco frecuentes, las infecciones pueden provocar la muerte si no se tratan.
En un episodio de atragantamiento, las vías respiratorias se obstruyen parcial o totalmente. Si se logra respirar, la respiración no será profunda ni relajada. En estos casos, la atención médica inmediata es clave.
La embolia pulmonar es una afección que se produce por la presencia de un coágulo en un pulmón. Esto puede provocar hiperventilación, dolor en el pecho, tos y taquicardia o arritmia.
La hiperventilación es un síntoma de un ataque de asma. El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de los pulmones que suele causar respiración rápida y superficial en los niños.
Los ataques de ansiedad, también denominados ataques de pánico, son una respuesta física al miedo o la ansiedad. Suelen ser un síntoma de un trastorno de ansiedad, el cual puede tratarse con medicamentos recetados y asesoramiento psicológico.
La EPOC es una enfermedad pulmonar frecuente que suele ser consecuencia de la bronquitis crónica o el enfisema. La bronquitis es una inflamación de las vías respiratorias, mientras que el enfisema se produce por la destrucción de los sacos de aire de los pulmones.
Es posible que el médico lo trate de inmediato para corregir el patrón de respiración y facilitar la respiración profunda. Tal vez le haga preguntas relacionadas con los síntomas o la afección. El tratamiento puede incluir la administración de aire rico en oxígeno a través de una máscara.
Una vez tratada la emergencia médica, el médico le hará preguntas como las siguientes:
Una vez que registre sus antecedentes médicos, el profesional le escuchará el corazón y los pulmones con un estetoscopio y le controlará el nivel de oxígeno con un oxímetro de pulso, que es un monitor pequeño que se coloca en un dedo.
Si es necesario, también le controlará los niveles de oxígeno mediante una gasometría. Para esta prueba, el médico extrae una cantidad pequeña de sangre de una arteria y la envía a un laboratorio para analizarla. La prueba provoca un malestar leve, por lo que pueden administrarle anestesia en el área antes de extraer la sangre.
Es posible que el médico quiera observar los pulmones en mayor detalle para controlar si presentan daños, signos de enfermedad o infección. Por lo general, se realizan radiografías, pero en algunos casos tal vez sea necesario realizar una ecografía. El uso de otras pruebas de diagnóstico por imágenes como resonancias magnéticas (RM) o tomografías computarizadas (TC) es poco frecuente, pero puede ser necesario.
Las opciones de tratamiento varían según la causa exacta de los problemas respiratorios.
La respiración rápida y superficial producto de una infección puede tratarse con un inhalador que permite abrir las vías respiratorias, como albuterol, y con antibióticos para eliminar la infección. Los antibióticos no son útiles para tratar ciertas infecciones. En estos casos, se usan tratamientos de respiración para abrir las vías respiratorias hasta que la infección desaparezca.
No es posible curar las afecciones crónicas como el asma y la EPOC. No obstante, la respiración rápida y superficial puede reducirse si se sigue un tratamiento. El tratamiento de enfermedades como estas puede incluir medicamentos recetados, inhaladores y, en casos extremos, tanques de oxígeno.
Si tiene respiración rápida y superficial como síntoma de un ataque de ansiedad, probablemente le recomienden una combinación de terapia y ansiolíticos. Entre los medicamentos, podrían incluirse Xanax, Klonopin y buspirona.
Si continúa presentando una respiración rápida y los tratamientos que se mencionaron anteriormente no ofrecen resultados, el médico le recetará un bloqueador de células beta para corregir la respiración. Entre estos medicamentos, se incluyen acebutolol, atenolol y bisoprolol. Suelen usarse para tratar la hipertensión, pero en los pacientes con respiración rápida y superficial, contrarrestan los efectos de la adrenalina (una hormona del estrés que aumenta la frecuencia cardíaca y la respiración).
Las medidas preventivas dependen de la causa del problema. Por ejemplo, si la causa del problema respiratorio es el asma, podrá prevenir los ataques si evita los alérgenos, la actividad física intensa y los agentes irritantes como el humo y la contaminación.
Quizás también pueda prevenir la hiperventilación antes de que se transforme en una emergencia.
Si sufre un episodio de hiperventilación, debe aumentar el ingreso de dióxido de carbono y disminuir el ingreso de oxígeno. Para ello, ponga los labios como si fuera a succionar y respire. También puede cerrar la boca y cubrirse una fosa nasal para respirar por la fosa nasal abierta.
La causa de la hiperventilación tal vez dificulte la prevención. Sin embargo, buscar tratamiento inmediato para combatir la causa subyacente puede evitar que el problema empeore o se vuelva frecuente.
Escrito por (en Inglés): April Kahn
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD