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Las molestias, la sensibilidad o el dolor en los huesos son problemas frecuentes, especialmente en las personas de mediana edad o mayores. A medida que se envejece, el cuerpo experimenta muchos cambios. El tamaño de los músculos y la densidad ósea generalmente se reducen a medida que las personas se vuelven menos activas, por lo que se tornan más propensas a sufrir lesiones y fracturas de huesos por el uso excesivo. Para reducir las posibilidades de que se produzcan fracturas y lesiones por esfuerzo, deben realizarse ejercicios de bajo impacto con frecuencia.
Si bien el dolor en los huesos se debe, principalmente, a una disminución de la densidad ósea o una lesión en los huesos, también puede ser un signo de una afección médica subyacente grave. La sensibilidad o el dolor en los huesos pueden ser el resultado de una infección, una interrupción en el riego sanguíneo o cáncer. Estas afecciones requieren atención médica inmediata. Si padece dolor en los huesos y desconoce las causas, no lo ignore. Programe una consulta con el médico para conocer las causas.
El dolor en los huesos puede ser consecuencia de una amplia variedad de afecciones, entre ellas:
La osteoporosis es una afección que hace que la masa ósea se reduzca por debajo de los valores normales. La edad, los cambios hormonales y la falta de actividad física son factores que contribuyen a la disminución de la densidad ósea, lo cual puede aumentar las probabilidades de sufrir fracturas y dolor de huesos.
Si tiene dolor en los huesos y desconoce las causas o si anteriormente ya se sometió a un tratamiento del cáncer, debe comunicarse con el médico.
Además de sus antecedentes médicos completos, que incluye las afecciones diagnosticadas anteriormente, el médico querrá conocer los detalles específicos del dolor que siente en los huesos, como los siguientes:
Según los detalles específicos del dolor, así como también los resultados de una exploración física completa, tal vez deba realizarse estudios adicionales, como los siguientes:
El tratamiento varía según el diagnóstico; de todas maneras, deben tratarse todos los tipos de fracturas. Si padece afecciones subyacentes, como osteoporosis o cáncer, deberá recurrir a un plan de tratamiento a largo plazo específico para dicho diagnóstico.
Entre los medicamentos recetados, pueden incluirse los siguientes:
Los pacientes con cáncer podrán recurrir a terapias complementarias, como acupuntura, masajes y técnicas de relajación.
La fisioterapia o la actividad física frecuente lo ayudarán a sentirse mejor y a aumentar la fuerza y resistencia, además de incrementar la masa ósea. En la siguiente lista, se sugieren ejercicios que pueden ayudar a aliviar el dolor en los huesos causado por factores específicos:
Antes de comenzar el plan de actividad física para reducir el dolor en los huesos, consulte a su médico. Los ejercicios de alto impacto podrían agravar ciertas afecciones.
Escrito por (en Inglés): Ann Pietrangelo
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD
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