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El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno autoinmunitario grave poco frecuente en el cual el sistema inmunitario ataca las células nerviosas sanas del sistema nervioso periférico. Esto provoca debilidad, entumecimiento y hormigueo y, con el tiempo, puede causar parálisis. Si bien se desconoce la causa de esta afección, generalmente es desencadenada por enfermedades infecciosas como la gastroenteritis vírica o una infección pulmonar.
El síndrome de Guillain-Barré es poco frecuente: según Mayo Clinic, afecta a apenas una o dos de cada 100.000 personas (Mayo, 2011).
Si una persona tiene el síndrome de Guillain-Barré, su sistema inmunitario ataca el sistema nervioso periférico. Los nervios del sistema nervioso periférico conectan el cerebro con el resto del organismo y transmiten señales a los músculos. Si estos nervios sufren un daño, los músculos no pueden responder a las señales que reciben del cerebro.
Se desconoce la causa exacta del síndrome de Guillain-Barré. Sin embargo, en el sesenta por ciento de los casos, se produce después de una infección pulmonar o gastrointestinal (Mayo, 2011). Las siguientes infecciones se han asociado a la aparición del síndrome de Guillain-Barré:
Si bien cualquier persona puede sufrir el síndrome de Guillain-Barré, los adultos jóvenes y las personas mayores corren un riesgo mayor.
En casos muy poco frecuentes, una persona puede presentar el trastorno días o semanas después de recibir una vacuna. Los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC] junto con la Food and Drug Administration [Administración de Alimentos y Medicamentos, FDA] han implementado sistemas para controlar la seguridad de las vacunas y detectar los primeros signos de advertencia de los efectos secundarios. Los sistemas de seguimiento registran todos los casos de síndrome de Guillain-Barré que se producen después de recibir una vacuna (CDC).
El primer síntoma suele ser una sensación de hormigueo que comienza en los dedos de los pies, los pies y las piernas y luego se extiende en dirección ascendente, hacia los brazos y los dedos de las manos. Los síntomas pueden avanzar con mucha rapidez. En algunas personas, la enfermedad puede agravarse en apenas unas horas.
Entre los síntomas del síndrome de Guillain-Barré, se incluyen los siguientes:
En un primer momento, el síndrome de Guillain-Barré es difícil de diagnosticar, ya que sus síntomas son muy similares a los de otros trastornos neurológicos o enfermedades que afectan el sistema nervioso, como el botulismo, la intoxicación con metales pesados o la meningitis.
El médico le hará una serie de preguntas acerca de los síntomas específicos y antecedentes médicos. Infórmele al médico sobre cualquier síntoma fuera de lo común que manifieste y si ha tenido enfermedades o infecciones ya sea recientemente o en el pasado.
Las siguientes son las pruebas que se utilizan para confirmar el diagnóstico:
Esta prueba consiste en tomar una muestra pequeña de líquido de la zona lumbar de la columna vertebral y analizarla para detectar niveles de proteína. Las personas que presentan el síndrome de Guillain-Barré tienen niveles de proteína más elevados que los normales en el líquido cefalorraquídeo.
Una electromiografía es una prueba para evaluar la función nerviosa, en la cual se registra la actividad eléctrica de los músculos para averiguar si la debilidad muscular es atribuible a una lesión nerviosa o a un daño muscular.
Pueden realizarse estudios de conducción nerviosa para evaluar la respuesta de los nervios y músculos a pulsos eléctricos pequeños.
Todos los pacientes que tienen el síndrome de Guillain-Barré deben ser hospitalizados para permanecer en observación. Los síntomas pueden avanzar rápidamente y, si no se trata, el trastorno puede ser mortal. En casos graves, la parálisis puede afectar todo el cuerpo. El trastorno puede ser mortal cuando la parálisis afecta el diafragma o los músculos del tórax e impide respirar.
El síndrome de Guillain-Barré no tiene cura. Sin embargo, en la mayoría de los casos (aproximadamente el 85 por ciento), los síntomas se estabilizan y la persona afectada se recupera por completo en un período de seis a 12 meses (Newswanger, et ál., 2004).
El objetivo del tratamiento es reducir la intensidad de los síntomas. Entre las opciones de tratamiento, se encuentran las siguientes:
Antes de la recuperación, es posible que un cuidador deba movilizarle manualmente los brazos y las piernas para mantener la resistencia y la movilidad de los músculos. Después de la recuperación, podrá fortalecer los músculos y recuperar la flexibilidad a través de la fisioterapia, que incluye masajes, ejercicios y cambios de posición frecuentes.
El sistema inmunitario produce proteínas llamadas anticuerpos que, en condiciones normales, atacan a las sustancias extrañas que ingresan en el organismo, como virus y bacterias. El síndrome de Guillain-Barré tiene lugar cuando el sistema inmunitario produce por error anticuerpos que atacan a los nervios sanos del sistema nervioso.
El objetivo de la plasmaféresis es extraer de la sangre los anticuerpos que atacan los nervios. Durante este procedimiento, se extrae la sangre por medio de un aparato que elimina los anticuerpos de la sangre y luego la sangre sin anticuerpos se devuelve al organismo.
Las dosis elevadas de inmunoglobulina también pueden contribuir a inhibir los anticuerpos causantes del síndrome de Guillain-Barré. La inmunoglobulina contiene anticuerpos normales y sanos provenientes de donantes.
Según un estudio de 2004 publicado en American Family Physician, tanto la plasmaféresis como la administración de inmunoglobulina son terapias eficaces. Por lo general, el tratamiento con inmunoglobulina es más fácil de administrar, más cómodo para el paciente y conlleva menos complicaciones. Además, se demostró que el tratamiento precoz con plasmaféresis reduce la duración de la internación (Newswanger, et ál., 2004).
El síndrome de Guillain-Barré afecta los nervios. La debilidad y la parálisis pueden afectar diferentes partes del cuerpo. Entre las complicaciones, se incluyen las siguientes:
En general, los síntomas empeoran durante un período de dos a cuatro semanas antes de su estabilización. La mayoría de las personas (aproximadamente el 85 por ciento) se recuperan por completo en un período de seis a 12 meses (Newswanger, et ál., 2004).
En algunas personas, la recuperación lleva años, mientras que en otras la recuperación es parcial y la debilidad y el hormigueo persisten. Hasta el 10 por ciento de los pacientes que tienen el síndrome de Guillain-Barré sufren una recidiva de la afección.
El índice de letalidad es de menos del cinco por ciento en los pacientes que reciben la atención de profesionales médicos. Entre los factores que pueden repercutir negativamente en el pronóstico, se incluyen la edad avanzada del paciente, el avance rápido de la enfermedad, las demoras en el tratamiento y el uso prolongado del respirador (Newswanger, et ál., 2004).
Escrito por (en Inglés): Jacquelyn Cafasso
Revisado médicamente (en Inglés)
: Brenda B. Spriggs, MD, MPH, FACP