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Los síntomas de la diabetes se presentan cuando los niveles de glucosa del organismo (glucemia) se elevan de manera anormal. Entre los síntomas más comunes, se incluyen sed, cansancio, aumento en el volumen o la frecuencia de la micción y visión borrosa. Sin embargo, los síntomas varían de una persona a otra y dependen del tipo de diabetes. Los síntomas de la diabetes de tipo 1 tienden a comenzar de manera abrupta y drástica. Los de la diabetes de tipo 2 son similares, pero se manifiestan lentamente o no se manifiestan en absoluto. Es común que la diabetes gestacional no presente síntomas. En algunos casos, los síntomas podrían parecer imprecisos o inocuos. Si presenta uno o más de estos síntomas de forma periódica, es fundamental que consulte al médico de inmediato para someterse a una prueba de detección de diabetes y análisis de sangre.
La diabetes eleva la glucemia en la sangre. Cuando los niveles de glucosa aumentan, el organismo extrae líquidos de las células, los transporta al torrente sanguíneo y lleva esa mayor carga a los riñones, por lo cual estos producen más orina de lo normal. El hecho de orinar frecuentemente, otro síntoma común, hace que uno tenga sed y beba más líquido, lo que agrava el problema.
La incapacidad del organismo de usar adecuadamente la glucosa generada por los alimentos que se ingieren y la gran cantidad de calorías que se pierden al orinar más, hacen que el organismo descomponga otras fuentes de energía disponibles, tales como la grasa. Como consecuencia, se puede producir una pérdida de peso. Si bien es posible que se alimente normalmente y tenga apetito en todo momento, continuará perdiendo peso.
La glucosa es la fuente principal de combustible para el organismo. Si tiene diabetes, la incapacidad del organismo de convertir la glucosa en energía hará que sienta cansancio inevitablemente. Ese cansancio puede suponer desde una sensación de fatiga generalizada hasta una sensación de agotamiento absoluto.
Cuando la glucemia es anormalmente alta, también puede ocasionar problemas en los ojos, como la inflamación del cristalino, lo cual hace que la visión sea borrosa. El control adecuado de la glucemia puede ayudarlo a corregir este síntoma con el paso del tiempo. No obstante, si no se la detecta a tiempo, la diabetes puede ocasionar problemas oculares más graves, tales como cataratas, glaucoma y retinopatía. De hecho, la diabetes es la causa principal de ceguera en los adultos de entre 20 y 74 años de edad.
Un nivel alto de glucemia en los tejidos del organismo puede interferir en su capacidad sanadora y puede hacerlo más susceptible a diversas bacterias e infecciones, especialmente en la piel, los riñones, la vejiga y los pies.
Tal vez algunas personas con diabetes no tengan síntomas o tengan síntomas leves que parecen relativamente inocuos. Sin embargo, si la diabetes no se trata, puede ocasionar hiperglucemia, lo cual es peligroso y se denomina cetoacidosis. (La cetoacidosis es poco frecuente en la diabetes de tipo 2 debido a que se sigue produciendo insulina). Esta afección puede causar lo siguiente:
La glucemia demasiado baja, que se denomina hipoglucemia, a veces se asocia con los tratamientos contra la diabetes. La hipoglucemia puede causar lo siguiente:
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: Eric Steinmehl