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Las alucinaciones y delirios son las características distintivas de los trastornos esquizofrénicos. La mayoría de los pacientes sufre alucinaciones auditivas: fundamentalmente escuchan voces (incluso varias voces a la vez) que los demás no perciben. Es común que tengan delirios y frecuentemente estos se enfocan en persecución, control y espionaje.
Las voces podrían intentar controlar o influir sobre el paciente afectado durante un episodio psicótico. El paciente también podría interpretar que estas voces forman parte de intentos de espiarlo o de interferir con él de otro modo. En consecuencia, creer fervientemente en teorías de conspiración es un indicador común de los posibles delirios. La esquizofrenia aguda se distingue de las demás formas de la enfermedad por su índole episódica. Las demás formas tienden a ser esencialmente crónicas, mientras los pacientes con esquizofrenia aguda sufren frecuentemente síntomas afectivos (conductuales), entre ellos desconcierto y sensación de desorientación, lo cual pueden manifestarse y desaparecer impredeciblemente. A los pacientes se les hace difícil distinguir entre la realidad y la fantasía debido a las alucinaciones y delirios.
Otros síntomas son relaciones sociales o laborales disfuncionales y disminución de la capacidad del paciente de cuidar adecuadamente de sí mismo. Si el inicio es precoz, es posible que los pacientes nunca alcancen un nivel de independencia adecuado a su edad, incluso en cuanto a su capacidad para vestirse y asearse adecuadamente. Otro aspecto distintivo de la esquizofrenia es el llamado afecto aplanado, que puede describirse como un comportamiento extrañamente robótico y carente de emoción al interactuar con los demás.
Entre los síntomas físicos podrían encontrarse las distintas conductas asociadas con la catatonia; postura anormal recurrente, gesticulación y permanecer inmóvil por períodos prolongados. Estos síntomas podrían presentarse como reacción a alucinaciones auditivas o como síntomas aislados. Entre los síntomas verbales podrían encontrarse detenerse en medio de una oración sólo para continuar hablando de algo distinto luego de un incómodo y extenso período, o para decir cosas sin sentido (apodado ensalada de palabras, que es una sucesión de palabras aleatorias sin orden lógico).
Los síntomas de la esquizofrenia se caracterizan asimismo como positivos o negativos. Los síntomas positivos -entre ellos las alucinaciones, delirios, pensamientos y conversación desorganizados, etc.- son síntomas psicóticos que no se presentan en individuos sanos. Por lo general los síntomas positivos responden bien a la farmacoterapia.
Los síntomas negativos se caracterizan por la falta de conductas y respuestas normales. Entre estos podrían encontrarse incapacidad de sentir placer (anhedocia), carencia del deseo de formar lazos emotivos o conexiones sociales (antisocial) y la falta de emociones, entre otros. Los síntomas negativos no responden tan rápidamente a la farmacoterapia y están más asociados con una mala calidad de vida que los síntomas positivos.
A veces los profesionales de la salud mental agrupan a los pacientes en categorías tales como paranoide, catatónico, hebefrénico (caracterizado por comportamiento infantil y absurdo), etc. dependiendo de los síntomas predominantes. Sin embargo, la mayoría de los pacientes presentará cierta cantidad de síntomas con el paso del tiempo, lo cual hace que esta estrategia quede de algún modo como errónea. Algunas de estas subcategorías quedarán eliminadas por los cambios pendientes sobre los criterios para el diagnóstico (refrendados por la American Psychiatric Association [Asociación Estadounidense de Psiquiatría].
Los agentes del orden público solían creer que las personas que sufren de psicosis y/o esquizofrenia tienen mayores probabilidades de cometer actos de violencia, inclusive homicidios. Pero un meta-análisis reciente (un estudio que examinó detalladamente datos recogidos de múltiples fuentes en el transcurso de varios años) concluyó que aunque los individuos mentalmente inestables puedan tener mayores probabilidades de cometer delitos violentos, normalmente el abuso de drogas fue un factor influyente. Lo anterior sugiere que la esquizofrenia no está asociada de por sí con el aumento en la tendencia a la conducta violenta, siempre que el individuo afectado no esté abusando de drogas ilegales. De hecho, el incremento del riesgo de violencia entre los esquizofrénicos que abusan de drogas es similar a la incidencia de conductas violentas entre los individuos normales que abusan de drogas.
Escrito por (en Inglés): Dale Kiefer
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH