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La tos ferina es una infección respiratoria grave ocasionada por un tipo de bacteria denominada Bordetella pertussis. La infección provoca una tos violenta e incontrolable que puede dificultar la respiración. Aunque la tos ferina puede afectar a personas de cualquier edad, puede causar la muerte de bebés y niños pequeños.
Antes de que existiera una vacuna, la tos ferina ocasionó aproximadamente 10.000 muertes al año en los EE. UU. Según KidsHealth, actualmente provoca menos de 30 muertes al año. (KidsHealth). No baje la guardia: se registran un millón de casos nuevos en adultos y adolescentes cada año. (American Academy of Pediatrics) [Academia Estadounidense de Pediatría]
El período de incubación (período entre la infección inicial y el comienzo de los síntomas) de la tos ferina dura de siete a 10 días. (Kids Health) Los primeros síntomas son similares a los del resfriado e incluyen goteo nasal, tos y fiebre. En dos semanas, aparece una tos seca y persistente que dificulta la respiración. Los bebés y los niños a menudo hacen un sonido de chillido cuando intentan respirar luego de accesos de tos.
Este tipo de tos intensa también puede ocasionar lo siguiente:
Los adultos y los adolescentes generalmente manifiestan síntomas más leves, como una tos prolongada sin el sonido de chillido.
Si usted o su hijo manifiestan síntomas de tos ferina, busque atención médica de inmediato, sobre todo si sus familiares no han recibido la vacuna contra la enfermedad. La tos ferina es altamente contagiosa; las bacterias pueden transportarse en el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o se ríe y, de esta manera, contagiar a otros.
Para diagnosticar la tos ferina, el médico realizará una exploración física y tomará muestras de secreción mucosa de la nariz y la garganta, las cuales se analizarán para detectar la presencia de la bacteria B. pertussis. Quizás también sea necesario realizar un análisis de sangre para ofrecer un diagnóstico preciso.
La mayoría de los bebés y los niños pequeños deberán permanecer en el hospital durante el tratamiento para disminuir el riesgo de contraer neumonía (infección en los pulmones). Algunos quizás necesiten consumir líquido por vía intravenosa (IV) para no deshidratarse si no pueden tomar la cantidad suficiente de líquido. Debido a que la tos ferina es una infección bacteriana, los antibióticos son el método de tratamiento principal. Los antibióticos son más eficaces durante las etapas tempranas de esta enfermedad. Sin embargo, también pueden usarse en las etapas avanzadas de la infección para evitar el contagio. Aunque es posible usar antibióticos para tratar la infección, no se emplean para la prevención ni el tratamiento de la tos. Los medicamentos contra la tos no se recomiendan; no tratan los síntomas de la tos ferina y pueden tener efectos secundarios dañinos en bebés y niños pequeños.
La mayoría de los médicos recomiendan utilizar humidificadores en la habitación del niño para que el aire permanezca húmedo y se alivien los síntomas de la tos ferina.
Los niños más grandes y los adultos se recuperan rápidamente, pero los bebés con tos ferina necesitan un control mayor para así prevenir complicaciones posiblemente peligrosas producto de la falta de oxígeno. Entre las complicaciones graves, se incluyen las siguientes:
Si su bebé manifiesta síntomas de infección, llame al médico de inmediato.
Los síntomas de la tos ferina pueden durar hasta cuatro semanas o más, incluso durante el tratamiento. Los niños y los adultos generalmente se recuperan rápidamente con la intervención médica inmediata. Los bebés que contraen tos ferina corren más riesgo de muerte, incluso luego de comenzar el tratamiento. Los padres deben controlar a los bebés atentamente. Si los síntomas continúan o empeoran, comuníquese con el médico de inmediato.
La vacunación es la clave para la prevención. Los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades] recomiendan la vacunación de los bebés a las siguientes edades:
Es necesario volver a vacunar a los niños a las siguientes edades:
Los niños no son los únicos vulnerables a la tos ferina. Si trabaja con bebés y niños, tiene más de 65 años o trabaja en el sector de la salud, consulte al médico para evaluar la posibilidad de recibir la vacuna.
Escrito por (en Inglés): Kristeen Moore
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD
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