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El tratamiento de la presión arterial elevada puede ayudar a controlar la afección y a prevenir o retrasar los problemas de salud relacionados. El objetivo es lograr una presión arterial por debajo de los valores que se consideran elevados. Para los adultos sanos, eso significa lograr y mantener una presión arterial inferior a 140/90. Para las personas diabéticas o con enfermedad renal crónica, el objetivo es lograr una presión arterial inferior a 130/80.
Un estilo de vida saludable es la primera medida contra la presión arterial elevada. Los hábitos que ayudan a controlar la presión arterial incluyen los siguientes:
Más información sobre cambios específicos en el estilo de vida para disminuir la presión arterial
Para algunas personas, los cambios en el estilo de vida, por sí solos, son suficientes para controlar la presión arterial elevada, pero la mayoría también toma medicamentos para tratar la afección. En la actualidad, existen varios tipos de medicamentos para la presión arterial con distintos mecanismos de acción. Si uno de ellos no disminuye la presión arterial lo suficiente, otro podría hacerlo, y la combinación de dos o más medicamentos a menudo refuerza aún más la eficacia.
Más información sobre los medicamentos para la presión arterial elevada.
Para aprovechar al máximo el tratamiento, es fundamental que se realicen controles médicos y análisis de presión arterial de forma periódica. Los controles periódicos le permiten al médico supervisar el avance del tratamiento y realizar los ajustes necesarios al plan terapéutico. Si la presión arterial comienza a aumentar nuevamente, el médico puede responder de inmediato. Las consultas al médico también brindan la oportunidad de formular preguntas y plantear inquietudes.
En determinadas situaciones, pueden requerirse opciones terapéuticas adicionales.
La hipertensión arterial resistente se refiere a la presión arterial que continúa siendo elevada después de probar al menos tres tipos de medicamentos para la presión arterial, incluidos los diuréticos. Se considera que una persona cuya presión arterial elevada está controlada, pero solo tomando cuatro tipos distintos de medicamentos, también presenta hipertensión arterial resistente. Incluso los casos difíciles de tratar a menudo pueden controlarse a tiempo con buenos resultados. El médico puede recetar un medicamento, una dosis o una combinación farmacológica diferentes o recomendar cambios más profundos en el estilo de vida.
La hipertensión arterial secundaria es un tipo de presión arterial elevada que se produce como consecuencia directa de otro problema de salud o como efecto secundario de un medicamento. Una vez que se diagnostica y trata la causa de origen, la presión arterial a menudo se reduce significativamente o incluso vuelve a la normalidad.
El tratamiento de primera línea para niños y adolescentes con presión arterial elevada es un estilo de vida saludable, que incluye un régimen alimentario equilibrado, actividad física periódica y pérdida de peso para quienes tienen sobrepeso u obesidad. Cuando sea necesario, los niños también pueden tomar los mismos medicamentos para la presión arterial que los adultos, pero en dosis más bajas. En los niños con hipertensión arterial secundaria, la presión arterial generalmente vuelve a la normalidad una vez que se trata la afección que la provoca.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: Alan L. Hippleheuser, RN