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Más de 40 millones de estadounidenses padecen reumatismo articular. Si no se lo trata, puede tornarse crónico y quizás aparezcan síntomas como dolor intenso e inflamación que posiblemente alteren la vida diaria de manera considerable. Aprender a vivir con reumatismo articular puede ser extremadamente difícil. No obstante, si adopta cambios saludables en el estilo de vida e implementa diferentes tratamientos, podrá tratar los síntomas y mejorar su calidad de vida.
Los tratamientos dependerán de sus necesidades individuales de salud, la intensidad del dolor y otros síntomas asociados con la afección.
Los cambios saludables en el estilo de vida, como dormir la cantidad de horas suficiente, hacer ejercicio de manera periódica y tener un régimen alimentario bajo en grasas y rico en fibra suelen ser los primeros pasos para tratar los síntomas del reumatismo articular. Se ha demostrado que la actividad física de bajo impacto contribuye a lo siguiente:
Mantenerse en movimiento previene el dolor, afirma Moshe Lewis, MD, MPH. La actividad física, como caminar a paso ligero, es fundamental para tratar el dolor y la rigidez asociados con el reumatismo articular y es clave para prolongar la vida útil de las articulaciones.
Tener un régimen alimentario saludable puede servir para perder peso, lo cual, a su vez, puede reducir la inflamación y la presión que se ejerce en las articulaciones por el peso elevado.
Aplicar calor o frío en las articulaciones inflamadas puede ofrecer resultados. El hielo permite contraer los vasos sanguíneos, lo cual reduce la cantidad de líquido en los tejidos y la inflamación y el dolor en el área afectada. Envuelva hielo en una toalla y aplíquelo en el área afectada durante 20 minutos varias veces al día.
Puede hacer el tratamiento con calor de la misma manera: tome una botella con agua caliente o una almohadilla caliente y aplíquelos directamente en el área inflamada. El calor expande los vasos sanguíneos y aumenta la circulación. La sangre transporta nutrientes y proteínas vitales para la reparación del tejido en peligro.
##PLos medicamentos de venta libre son eficaces para aliviar el dolor y la inflamación leves asociados con el reumatismo articular. Los más frecuentes son paracetamol, como Tylenol, y los medicamentos antinflamatorios no esteroides (AINE), como aspirina e ibuprofeno.
También pueden usarse cremas tópicas que alivian el dolor asociado con el reumatismo articular y los dolores musculares. Es posible que contengan principios activos como mentol (Ben Gay, Stopain) o capsaicina (Capzasin, Zostrix), que se obtiene del ají picante.
Si los síntomas persisten o empeoran, el médico tal vez le recete un medicamento más fuerte.
Estas inyecciones, que contienen un corticoesteroide, reducen la hinchazón y alivian la inflamación y el dolor en las articulaciones afectadas por el reumatismo articular.
Los AINE recetados reducen la inflamación y el dolor. En esta clase de medicamentos se incluyen los siguientes:
Este último es un analgésico recetado y, en algunas personas, posiblemente cause menos efectos secundarios que los AINE.
Los analgésicos más fuertes pueden aliviar el dolor intenso. Entre ellos, se incluyen los siguientes:
Aunque estos medicamentos reducen el dolor asociado con el reumatismo articular, no modifican el avance de la enfermedad.
A menudo, suele recetarse un tipo de medicamentos conocidos como fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) cuando las radiografías indican que existe artritis reumatoide. Entre estos medicamentos, se incluyen los siguientes:
Los inhibidores del factor de necrosis tumoral (FNT) alfa, como el denominado etanercept, también pueden modificar el avance de la enfermedad. Cada uno de estos medicamentos tiene efectos secundarios que usted debe evaluar con el médico.
Pueden aplicarse inyecciones con anestesia local, que pueden contener un esteroide, para aliviar el dolor en áreas musculares con puntos dolorosos. Estos puntos se producen en lugares en los que los músculos se unen y no se relajan. Las inyecciones pueden usarse para tratar el dolor muscular en los brazos, las piernas y la espalda, y suelen ofrecer alivio durante varias semanas o meses sucesivos. .
La fisioterapia puede mejorar la fuerza muscular, aumentar la amplitud de movimiento de las articulaciones y aliviar el dolor. Consulte al fisioterapeuta, quien le brindará un programa de ejercicios personalizado en función de la gravedad del reumatismo articular. Las tablillas, las plantillas o los soportes ortopédicos quizás proporcionen apoyo a las articulaciones debilitadas, disminuyan la presión en los huesos lesionados y alivien el dolor en general.
En casos graves de reumatismo articular, es posible que se requiera una intervención quirúrgica para reemplazar o reparar las articulaciones dañadas. Entre los tipos de intervenciones que se emplean para tratar el reumatismo articular, se incluyen los siguientes:
Pueden agregarse muchos tipos de tratamientos complementarios al plan de tratamiento general del reumatismo articular. La eficacia de estos tratamientos varía según cada paciente en particular. Consulte al médico de atención primaria antes de comenzar cualquier tratamiento nuevo para verificar si es seguro para usted.
Muchas técnicas de relajación, como la meditación, los masajes y el yoga, sirven para reducir la presión, la inflamación y la tensión muscular.
La acupuntura y la acupresión se usan para aliviar el dolor mediante agujas pequeñas que se insertan en puntos clave de la piel. De esta manera, el organismo libera endorfinas y se impide la transmisión de mensajes de dolor al cerebro.
La biorretroalimentación es otra técnica que suele utilizarse para el tratamiento del dolor: mide información sobre la tensión muscular, la frecuencia cardíaca, la actividad cerebral y la temperatura de la piel. Se usa para mejorar la concientización de una persona acerca de los cambios físicos asociados con el estrés o el dolor físicos y psicológicos.
En esta técnica se usa corriente eléctrica de baja intensidad que se aplica en nervios específicos para interrumpir las señales de dolor y liberar endorfinas.
Existen numerosos suplementos a base de hierbas con propiedades antinflamatorias que se recomiendan para el tratamiento del reumatismo articular. El Dr. Moshe Lewis recomienda combatir el dolor con capsaicina, la sustancia química natural que le da el picor al chile. La cúrcuma es otra especia saludable que se ha usado para reducir la inflamación durante cientos de años. Moshe recomienda tomar 500 mg de cápsulas de cúrcuma tres veces al día.
Entre los remedios naturales, se incluyen los siguientes:
Si bien no existen demasiadas pruebas clínicas que demuestren que los suplementos nutricionales tengan un efecto constante sobre el dolor propio del reumatismo articular, ofrecen resultados favorables en algunos casos. En general, no son perjudiciales y algunos de ellos, como el aceite de pescado y la vitamina C, ofrecen otros beneficios que no están relacionados con el reumatismo articular. Sin embargo, es importante ser cuidadoso al tomarlos, ya que los contenidos no cuentan con la verificación de la Food and Drug Administration [Administración de Alimentos y Medicamentos, FDA]. Consulte siempre al médico antes de tomar un suplemento para verificar que es seguro y que no perjudica su plan de tratamiento.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: Jennifer Monti, MD, MPH