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Existen muchos tipos de tratamientos que pueden disminuir los síntomas de la depresión. Dos tercios de las personas que tienen esta afección jamás buscan tratamiento, aunque el 80 por ciento de aquellas que padecen depresión clínica y buscan tratamiento obtienen resultados en cuestión de semanas. No todos los tratamientos son eficaces para cualquier persona. El médico puede ayudarlo a determinar cuáles son los adecuados para usted.
Los antidepresivos suelen ser el primer paso en el tratamiento de la depresión clínica, y se recetan solos o junto con psicoterapia. Debido a que hay tantos tipos de antidepresivos, encontrar el adecuado puede llevar tiempo. A pesar de ello, no debe sentirse desanimado. Seis de cada 10 personas comienzan a sentirse mejor con el primer antidepresivo que toman. El alivio inmediato que ofrecen los medicamentos puede darles a los pacientes el impulso que necesitan para participar activamente en su recuperación. Si bien algunas personas ven mejoras en el estado de ánimo en un par de semanas, otras ven resultados totales a partir de la sexta semana. Sin embargo, cabe destacar que la mayoría de los pacientes que toman antidepresivos manifiestan al menos un efecto secundario no deseado. Obtenga más información sobre los diferentes tipos de medicamentos contra la depresión.
Si nunca hizo terapia, la experiencia quizás lo sorprenda. Del mismo modo que existen muchos tipos de antidepresivos, también existen varias clases de terapia. Con el asesoramiento psicológico, podrá descubrir situaciones que no sabía que le molestaban, identificar pensamientos negativos que lo deprimen, comprender de dónde provienen y aprender a manejarlos. Muchas personas quizás tengan dudas sobre hablar con un extraño acerca de sus emociones, pero los estudios revelan que la psicoterapia es un método de tratamiento muy eficaz. Además, no tiene los efectos secundarios que provocan los medicamentos.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) permite que el paciente encuentre maneras nuevas de manejar los pensamientos y las conductas negativos. En lugar de analizar el pasado para determinar el origen de un sentimiento o una emoción, el paciente está más consciente de cómo contribuyen sus creencias o acciones a la depresión. Una vez que las identifican, el terapeuta trabaja junto a él para reemplazar esas actitudes negativas con otras más positivas. El paciente quizás deba hacer ejercicios diarios o semanales y tal vez deba seguir determinadas pautas para aplicar las habilidades que aprende en la terapia en el mundo real. Más del 75 por ciento de las personas que realizan TCC por depresión ven mejoras significativas.
La psicoterapia interpersonal (PTI) para tratar la depresión se basa en las relaciones. A través de ella, se analizan conflictos específicos en las relaciones y la manera en la que el paciente se relaciona socialmente en general. En este caso, relaciones se refiere a todos los tipos de conexiones interpersonales, incluidos la familia, los amigos, los colegas e incluso los extraños. La PTI de corto plazo generalmente consiste en hasta 20 sesiones de una hora a la semana y ofrece los mismos resultados que los antidepresivos.
Cuando la mayoría de las personas piensan en terapia, se les viene a la mente la terapia psicodinámica, que consiste en llegar a la raíz psicológica de la depresión. Para ello, el paciente debe realizar una autoevaluación y autorreflexión extensas acerca del pasado. Uno de los objetivos es ayudar al paciente a identificar patrones de relaciones problemáticos en su vida y a comprender de dónde provienen. De esta manera, puede ver el motivo por el que se comporta de ciertas maneras. Asimismo, logra eliminar la culpa para poder seguir adelante con su vida.
La terapia electroconvulsiva (ECT), conocida también como tratamiento de descargas eléctricas, se usa para tratar a personas con una depresión grave o con pensamientos suicidas que no responden a otras formas de tratamiento o que no pueden tomar antidepresivos. Se administra una descarga eléctrica pequeña en el cerebro mientras el paciente está sedado con anestesia general. La corriente, que dura aproximadamente 40 segundos, ocasiona actividad convulsiva en el cerebro y suele ofrecer alivio inmediato. Los expertos desconocen el motivo exacto de su eficacia. Algunas personas quizás sientan confusión y pérdida de la memoria temporales. La ECT generalmente se realiza una vez en un período de entre dos a cinco días, durante un total de entre seis y 12 sesiones.
Este tratamiento más reciente utiliza campos magnéticos para estimular las células del cerebro. Al igual que la ECT, se realiza cuando otros tratamientos, como los medicamentos y la terapia, no ofrecen resultados. Consiste en colocar una bobina electromagnética de gran tamaño en el cuero cabelludo para que realice descargas eléctricas indoloras en el cerebro con el fin de estimular áreas asociadas con el estado de ánimo. Debido a que es una técnica reciente, los investigadores aún están tratando de determinar cuáles son las áreas del cerebro que conviene tratar y la dosis de descargas eléctricas más efectiva. Aún se desconocen la mayoría de sus efectos a largo plazo.
Originalmente utilizada como tratamiento para la enfermedad de Parkinson, la estimulación cerebral profunda (ECP) aún se considera de uso experimental para tratar la depresión. Consiste en implantar quirúrgicamente dos electrodos en un área del cerebro hiperactiva en las personas que padecen depresión. Los electrodos proporcionan estimulación eléctrica continua a través de un generador adherido en el tórax. Los investigadores creen que los pulsos eléctricos restablecen el cerebro y contribuyen a su funcionamiento normal.
Al igual que la estimulación cerebral profunda, la estimulación del nervio vago (ENV) es un tipo de terapia de estimulación cerebral que utiliza un dispositivo implantado para enviar corrientes eléctricas al cerebro. En lugar de implantar dos electrodos en el cerebro, se coloca un electrodo debajo de la piel del nervio vago, en el cuello. El nervio vago transmite mensajes desde el cerebro hasta algunos órganos importantes, como el corazón, los pulmones y los intestinos, así como a partes específicas del cerebro. La estimulación de este nervio parece alterar los niveles de neurotransmisores (sustancias químicas del cerebro) asociados con la regulación del estado de ánimo. Al igual que en la ECP, se implanta un generador de pulsos en el tórax para controlar el electrodo. La ENV es un tratamiento experimental y aún se desconocen sus efectos secundarios a largo plazo. Solo se usa en pacientes con depresión crónica o grave que no responden a otros tratamientos.
Escrito por (en Inglés): the Healthline Editorial Team
Revisado médicamente (en Inglés)
: the Healthline Medical Team