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La trombosis venosa profunda (TVP) es una afección grave que se produce cuando se forma un coágulo sanguíneo en una vena ubicada en lugares muy profundos del organismo. Un coágulo es un cúmulo de sangre que ha pasado de un estado líquido a un estado sólido gelatinoso. Los coágulos en las venas profundas generalmente se forman en el muslo o la parte inferior de la pierna, pero también pueden aparecer en otras áreas. Otros de los nombres que recibe esta afección son tromboembolia, síndrome postrombótico y síndrome posflebítico.
La TVP afecta con mayor frecuencia a las personas mayores de 60 años. Existen determinadas afecciones que alteran la circulación de la sangre por las venas y que pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos. Entre ellas, se incluyen las siguientes:
Algunas enfermedades y trastornos pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos. Entre ellos, se incluyen los trastornos hereditarios de la coagulación, especialmente si presenta al menos uno de los demás factores de riesgo enumerados. El cáncer y la enfermedad inflamatoria intestinal también pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos, al igual que la insuficiencia cardíaca, una afección en la cual el corazón no logra bombear sangre adecuadamente.
La TVP es uno de los principales riesgos asociados con una intervención quirúrgica, particularmente cuando la intervención tiene lugar en las extremidades inferiores, como en el caso de una cirugía de reemplazo articular. Si tiene planeado someterse a una cirugía de reemplazo articular, por ejemplo, el médico le explicará acerca del riesgo de sufrir TVP que conlleva la intervención.
Las embarazadas son más propensas a sufrir TVP debido a una combinación de factores (los niveles hormonales aumentan y el flujo sanguíneo se vuelve más lento a medida que el útero se expande y restringe el retorno venoso desde las extremidades inferiores). El riesgo continúa siendo alto durante alrededor de seis semanas después del parto. El reposo obligado y las cesáreas también aumentan el riesgo de padecer TVP.
Apenas alrededor de la mitad de las personas que presentan TVP manifiestan síntomas. Entre los síntomas frecuentes a los que debe estar atento, se incluyen los siguientes:
Es posible que una persona no se entere de que sufre trombosis venosa profunda hasta el momento en que recibe tratamiento de emergencia por una embolia pulmonar, que es una complicación potencialmente mortal de la TVP en la cual se produce una obstrucción de una arteria del pulmón.
Usted puede sufrir una embolia pulmonar si un coágulo se desplaza hasta los pulmones y obstruye un vaso sanguíneo, lo que puede ocasionar daños graves en los pulmones y otras partes del organismo. Debe recibir atención médica inmediata si presenta signos de embolia pulmonar, como los siguientes:
Los tratamientos contra la TVP se centran en evitar que el coágulo aumente de tamaño. Además, el tratamiento apunta a prevenir una embolia pulmonar y a reducir el riesgo de formación de nuevos coágulos.
Posiblemente el médico le recete anticoagulantes como heparina y warfarina, que impiden que la sangre se coagule. De este modo, se evita el crecimiento de los coágulos ya formados y, a la vez, se reducen las probabilidades de que se formen nuevos coágulos.
Si los anticoagulantes no surten efecto o si usted sufre una TVP grave, es posible que el médico recurra al uso de trombolíticos, que son medicamentos que se administran por vía intravenosa para desintegrar los coágulos.
Usar medias de compresión puede prevenir la inflamación y reducir las probabilidades de formación de coágulos. Estas medias se suben hasta la altura de la rodilla o apenas por encima y, por lo general, deben usarse todos los días.
Si no puede tomar anticoagulantes, es posible que deban colocarle un filtro en el interior de una vena abdominal principal llamada vena cava. Esta forma de tratamiento evita que los coágulos se desplacen hacia los pulmones y, de este modo, previene las embolias pulmonares.
También pueden reducirse las probabilidades de sufrir TVP si se adoptan algunos cambios en el estilo de vida. Entre estos cambios, se incluyen controlar la presión arterial, dejar de fumar y perder peso (si es que tiene sobrepeso). Mover las piernas después de permanecer sentado durante un período prolongado también estimula la circulación sanguínea. Salir a caminar después de permanecer en reposo puede prevenir la formación de coágulos. Si va a someterse a una intervención quirúrgica, recuerde tomar los anticoagulantes que le recete el médico; de este modo, reducirá las probabilidades de que se formen coágulos más adelante.
Si bien el riesgo de sufrir TVP durante un viaje es bajo, las probabilidades aumentan si permanece sentado durante más de cuatro horas mientras viaja en automóvil o en avión. Puede reducir el riesgo si se pone en movimiento de vez en cuando: en los viajes largos, bájese del automóvil y camine un poco de tanto en tanto. Si viaja en avión, en tren o en autobús, levántese del asiento y camine por el pasillo. Estire las piernas y los pies mientras está sentado para que la sangre circule constantemente por las pantorrillas. Evite usar ropa ajustada, ya que podría interrumpir el flujo sanguíneo.
Escrito por (en Inglés): Amanda Delgado
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD