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La tularemia es una enfermedad infecciosa que transmiten los roedores salvajes, las ardillas y los conejos. Los seres humanos pueden contagiarse a través del contacto directo con un animal infectado o a través de una picadura de garrapata, mosquito o mosca del venado. La enfermedad es potencialmente mortal y es causada por la bacteria Francisella tularensis.
Los diversos tipos de la enfermedad dependen del medio por el que las bacterias ingresan al organismo. El tipo más frecuente se produce por contacto cutáneo. El tipo más mortal se produce por inhalación de las bacterias.
Por lo general, esta enfermedad puede tratarse con antibióticos. El tratamiento precoz ofrece un pronóstico favorable para la recuperación total. No obstante, si el cuadro es grave, el paciente puede morir aunque reciba tratamiento.
Los animales portan la bacteria que produce tularemia, de modo que el riesgo de contraer la enfermedad aumenta si se tiene contacto frecuente con animales.
Entre los factores de riesgo de esta afección, se incluyen los siguientes:
Esta enfermedad es producto de la bacteria Francisella tularensis, que pueden portar los siguientes animales:
El tipo de tularemia depende del medio por el cual la bacteria ingresa al organismo. El tipo más frecuente se produce a través de la exposición cutánea y el tipo más mortal a través de la inhalación pulmonar. No obstante, con el paso del tiempo, los demás tipos pueden afectar los pulmones, la médula espinal, el cerebro o el corazón si no se recibe tratamiento. Esto puede provocar complicaciones graves y, en algunos casos, la muerte.
Entre los medios por los cuales las bacterias pueden ingresar al organismo, se incluyen los siguientes:
El medio de ingreso de la bacteria determina los síntomas.
La tularemia ulceroglandular (infección cutánea) produce los siguientes síntomas:
Los síntomas de la tularemia glandular (infección cutánea) son similares a los de la tularemia ulceroglandular, pero no incluyen una úlcera cutánea.
Entre los síntomas de la tularemia pulmonar (el tipo más mortal que se contagia por inhalación), se incluyen los siguientes:
Entre los síntomas de la tularemia oculoglandular (infección ocular) pueden incluirse los siguientes:
La tularemia orofaríngea (infección por ingestión de la bacteria) produce los siguientes síntomas:
La tularemia tifoidal, el tipo de tularemia menos frecuente, produce los siguientes síntomas:
La tularemia tifoidal puede provocar neumonía y agrandamiento del hígado y el bazo.
Los casos graves de tularemia que no reciben tratamiento pueden ocasionar insuficiencia cardíaca crónica, meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal) y la muerte.
El diagnóstico no es sencillo y los diferentes métodos de ingreso de la bacteria lo complican aún más. El médico debe tener en cuenta los antecedentes médicos y personales del paciente para dar el diagnóstico.
Si usted viajó, sufrió picaduras de insectos o tuvo contacto con animales recientemente, es posible que el médico sospeche que se trata de un caso de tularemia. Quizás también lo sospeche si usted tiene una afección médica grave que afecta el sistema inmunitario, como cáncer o VIH/SIDA.
Entre las pruebas que permiten confirmar la enfermedad, se incluyen las siguientes:
El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la afección. El diagnóstico precoz permite comenzar un tratamiento con antibióticos de inmediato.
Quizás sea necesario realizar una intervención quirúrgica para drenar los ganglios linfáticos inflamados o extirpar el tejido infectado de una úlcera cutánea. Es posible que también le den medicamentos para la fiebre o las cefaleas.
El pronóstico depende de la gravedad de la afección y de la rapidez con la que se comienza el tratamiento. Los retrasos en la etapa de diagnóstico empeoran los síntomas.
La hospitalización es frecuente en muchos casos. La mayoría de los pacientes con tularemia pulmonar no sobreviven.
Según Medscape Reference, la tasa de mortalidad estimada de la tularemia no tratada es del ocho por ciento. Sin embargo, con un tratamiento precoz y adecuado, esta cifra se reduce a menos del uno por ciento (Medscape).
La prevención consiste en tomar precauciones básicas. Las bacterias crecen en condiciones de suciedad. Se han producido brotes en grupos de cacería porque los cazadores no implementaron métodos de limpieza seguros y contaminaron sus pertenencias.
Siga estos consejos para limpiar los animales de forma segura:
Para reducir el riesgo general de contraer tularemia, siga estos consejos:
La tularemia se aerosoliza con facilidad y puede usarse como un agente de bioterrorismo potencialmente mortal. En la actualidad, se está investigando la posibilidad de crear una vacuna contra la tularemia.
Escrito por (en Inglés): Lydia Krause
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD
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