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La ecocardiografía fetal es una prueba similar a una ecografía que se utiliza para visualizar el corazón del bebé en gestación. El médico solicitará esta prueba si necesita observar el corazón del bebé en mayor profundidad antes del parto,
ya que le permite ver la estructura y la función cardíacas del feto. Por lo general, se realiza durante el segundo trimestre, entre las 18 y las 24 semanas de embarazo. La ecocardiografía fetal es bastante similar a una ecografía, ya que ambas usan ondas de sonido que hacen eco cuando se topan con las diferentes estructuras del corazón. Por medio de una máquina, se analizan estas ondas de sonido y se genera una imagen (ecocardiografía) del interior del corazón, lo que brinda información sobre cómo se formó el corazón y si funciona correctamente. También le permite al médico visualizar el flujo sanguíneo del corazón y detectar cualquier defecto o anomalía en el flujo sanguíneo o los latidos.
No todas las embarazadas necesitan someterse a una ecocardiografía, ya que en la mayoría de los casos, la ecografía básica permite ver si las cuatro cámaras del corazón del bebé se han desarrollado. Sin embargo, es probable que el obstetra le recomiende esta prueba si en las ecografías o pruebas anteriores se detectó un latido anormal u otros problemas cardíacos posibles en el bebé en gestación.
Esta prueba también puede solicitarse en los siguientes casos:
Algunos obstetras realizan la prueba ellos mismos. Sin embargo, por lo general, la prueba está a cargo de un técnico en diagnóstico por imágenes con experiencia, llamado ecografista. Después de la prueba, la ecocardiografía debe ser revisada por un cardiólogo, preferentemente un especialista en medicina pediátrica.
Este procedimiento no requiere ninguna preparación previa. A diferencia de otras ecografías prenatales, no es necesario tener la vejiga llena para la prueba.
La prueba puede demorar entre 30 minutos y dos horas, por lo que es aconsejable que vaya acompañada de otro adulto a la consulta si va con niños pequeños.
La ecocardiografía fetal es similar a las ecografías de rutina del embarazo y puede realizarse a través del abdomen (ecocardiografía abdominal) o a través de la vagina (ecocardiografía transvaginal).
La ecocardiografía abdominal es muy similar a una ecografía. Deberá recostarse y dejar el abdomen al descubierto. El ecografista aplicará un gel lubricante especial sobre la piel a fin de evitar la fricción y poder desplazar el transductor (que es un dispositivo que envía y recibe ondas de sonido) por el abdomen. Además, el gel también facilita la transmisión de las ondas de sonido.
El transductor envía ondas sonoras de alta frecuencia por el organismo. Las ondas rebotan (hacen eco) cuando entran en contacto con un objeto compacto, como el corazón del bebé. Esos ecos se reflejan en una computadora. Las ondas de sonido tienen una frecuencia demasiado alta como para que el oído humano pueda percibirlas.
Una vez finalizada la prueba, le limpiarán el gel del abdomen y podrá continuar normalmente con sus actividades cotidianas.
En el caso de una ecocardiografía transvaginal, deberá desvestirse de la cintura para abajo y recostarse en la camilla de exploración. El ecografista le introducirá una sonda pequeña en la vagina. Una vez allí, la sonda utilizará ondas de sonido para generar una imagen del corazón del bebé.
La ecocardiografía transvaginal por lo general se realiza durante las primeras etapas del embarazo y puede ofrecer una imagen más nítida del corazón del bebé.
Como la ecocardiografía utiliza ondas de sonido de alta frecuencia en lugar de radiación, el procedimiento no conlleva ningún riesgo.
Los resultados normales indican que no se detectaron anomalías cardíacas. Es importante recordar que la ecocardiografía no puede utilizarse para diagnosticar cualquier afección. Algunos problemas, como un orificio en el corazón, son difíciles de ver sin equipos especializados. Es posible que deban repetirle la prueba más de una vez y que deba someterse a otras pruebas si el médico considera que puede haber algún problema.
Si el ecografista detecta algún motivo de preocupación, como un defecto cardíaco, una anomalía en el ritmo cardíaco u otro problema, lo más probable es que usted deba someterse a otras pruebas, como una resonancia magnética fetal u otras ecografías más especializadas. Durante la consulta de seguimiento, el cardiólogo le explicará los resultados, responderá cualquier pregunta que usted pueda tener y la derivará a los recursos y especialistas correspondientes para tratar la afección de su hijo.
Los resultados anormales de una ecocardiografía fetal pueden generar muchos temores, en especial cuando no son conclusivos o requieren la realización de más pruebas para identificar el problema.
Sin embargo, una vez identificado el problema, podrá controlar mejor el embarazo y prepararse para cuando nazca el bebé. En algunos casos, la información revelada por esta prueba puede servir para anticipar y planificar cualquier tratamiento que pueda ser necesario realizar después del parto, como una cirugía correctiva. También puede buscar el apoyo y el asesoramiento psicológico que necesite para tomar decisiones acertadas durante el resto del embarazo.
Escrito por (en Inglés): Tricia Kinman
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD