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Los fibromas uterinos son tumores de músculo liso que se forman en el útero. También se los denomina liomiomas o miomas y, por lo general, no son cancerosos. Pueden formarse de a uno o en grupos y tener tamaños diversos.
Aunque la mayoría de los fibromas uterinos no producen síntomas, algunas mujeres presentan un sangrado menstrual abundante, dolor al tener relaciones sexuales y al menstruar, inflamación de la parte inferior del abdomen y complicaciones con el embarazo y el parto.
Es posible que el médico recomiende extirpar los fibromas uterinos según los síntomas que se manifiesten. Existen varias opciones quirúrgicas y el médico puede ayudarla a decidir cuál es la mejor según su caso.
La embolización de las arterias uterinas es un enfoque más nuevo en el tratamiento de los fibromas uterinos. Se trata de una intervención quirúrgica mínimamente lesiva que permite detener la irrigación que proporcionan ciertas arterias a los fibromas uterinos. Si no reciben sangre, los fibromas se reducen y producen menos síntomas. La intervención se realiza en el hospital y suele ser necesario pasar la noche allí después de la cirugía.
Es probable que le indiquen no consumir alimentos ni bebidas después de la medianoche del día anterior a la cirugía. Infórmele al médico sobre los medicamentos o suplementos que toma todos los días y pregúntele si debe tomarlos el día de la intervención.
Para la embolización, deberán sedarla. La mejor manera de acceder a las arterias uterinas es a través de la arteria femoral, que se encuentra en el pliegue de la parte superior de la pierna, cerca de la pelvis. Le aplicarán anestesia local y le insertarán una aguja en la arteria para colocar un catéter. El catéter se dirige por esta arteria hasta la arteria uterina en el lado opuesto de la pelvis y
se realiza una arteriografía para ver las arterias. La arteriografía consiste en tomar radiografías de la pelvis mientras se inyecta un medio de contraste en las arterias. La imagen que se obtiene le sirve al médico como mapa de la irrigación y el flujo sanguíneos de la pelvis.
Una vez que se realiza la arteriografía, se inyectan partículas microscópicas de alcohol de polivinilo en las arterias uterinas. Estas partículas, que se alojan en las arterias y no se desplazan a otros órganos, se adhieren a las arterias y obstruyen lentamente el flujo sanguíneo a los fibromas uterinos. Una vez que las arterias están obstruidas por completo, finaliza la embolización. Se embolizan ambas arterias uterinas para garantizar que los fibromas uterinos no reciban irrigación sanguínea.
Luego, se realiza otra arteriografía para confirmar que la embolización funcione.
Las diversas partes del útero seguirán teniendo un flujo sanguíneo normal. No obstante, debido a que los fibromas uterinos son tan vasculares, atraen las partículas de alcohol de polivinilo que obstruyen el flujo sanguíneo a estas áreas.
Todo el proceso demora aproximadamente entre 60 y 90 minutos.
Después de la embolización, deberá permanecer recostada durante varias horas para que no se formen coágulos en la arteria femoral. Según Mayo Clinic, el dolor es un efecto secundario frecuente; se cree que es el resultado de detener el flujo sanguíneo a los fibromas uterinos. El dolor suele ser más intenso durante las 24 horas siguientes a la intervención, pero le administrarán analgésicos por vía intravenosa.
El síndrome posembolización también es otro efecto secundario frecuente. Puede producir febrícula, cansancio, náuseas y vómitos. Por lo general, desaparece solo, pero usted deberá permanecer bajo control mientras esté en el hospital para asegurarse de no contraer una infección. Es posible que también tenga una secreción vaginal después de la intervención, lo cual es normal.
La mayoría de las mujeres reciben el alta el día después de la intervención. Tal vez le den analgésicos recetados e instrucciones sobre cómo detectar síntomas de infección.
A las cuatro semanas de la embolización, debe hacer una consulta médica de seguimiento para que el médico se asegure de que usted se está recuperando sin problemas y de que no presenta una infección.
Quizás deba someterse a ecografías u otras pruebas de diagnóstico por imágenes cada cierto tiempo durante el transcurso del año para controlar la reducción de los fibromas uterinos.
Las complicaciones importantes son poco frecuentes, pero existen algunos riesgos; entre ellos, los siguientes:
Si tiene alguna inquietud o duda acerca del efecto de la intervención sobre la salud, consulte al médico.
Escrito por (en Inglés): Jaime Herndon
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD