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La endocarditis es la inflamación del recubrimiento interior del corazón, llamado endocardio. Esta enfermedad también se llama endocarditis infecciosa. La endocarditis es poco común entre quienes tienen el corazón sano. En un estudio publicado en el Canadian Journal of Cardiology [Periódico Canadiense de Cardiología] se observó que entre 1960 y 1999 se registraron solo 36 casos de endocarditis en personas con corazones normales (Ramada y colaboradores, Oct. 2000).
Los factores de riesgo de la endocarditis son:
La inyección de drogas ilícitas con una aguja contaminada por bacterias u hongos puede causar endocarditis. Los gérmenes pasan al torrente sanguíneo y luego se desplazan al corazón.
Las cicatrices ocasionadas por las válvulas cardiacas dañadas son el sitio perfecto para el crecimiento de bacterias y otros gérmenes.
Si ha padecido endocarditis anteriormente, corre el riesgo de volver a padecerla debido al daño tisular.
Tener un defecto cardiaco eleva el riesgo de padecer endocarditis.
El riesgo mayor de tener endocarditis se corre durante el primer año después de que le coloquen una válvula cardíaca artificial.
La causa principal de la endocarditis es un crecimiento excesivo de bacterias. Aunque estas bacterias viven normalmente fuera del cuerpo, podría llevarlas al interior cuando come o bebe, o mediante cortes en la piel. Normalmente el sistema inmunitario combate los gérmenes extraños antes de que ocasionen problemas; sin embargo, en algunas personas este proceso falla. En el caso de la endocarditis, los gérmenes se desplazan por el torrente sanguíneo hasta el corazón, donde se multiplican y ocasionan inflamación.
La endocarditis también puede ser ocasionada por hongos u otros gérmenes y en algunos casos no se conoce la causa.
Las comidas y bebidas no son la única manera en la cual las bacterias penetran en el organismo. También pueden ingresar al torrente sanguíneo de las siguientes maneras:
Los síntomas de la endocarditis no son siempre graves y podrían evolucionar lentamente al transcurrir el tiempo. En las etapas iniciales de la endocarditis, los síntomas son similares a los de muchas otras enfermedades. Por eso es que muchos casos quedan sin diagnosticar. Muchos de los síntomas se parecen a un caso de gripe o a infecciones generales como la neumonía. Sin embargo, algunas personas presentan síntomas graves que se manifiestan repentinamente. El origen de dichos síntomas podría radicar en una inflamación o el daño que ésta causa.
Los síntomas más comunes de la endocarditis son:
Los síntomas graves son:
También podrían ocurrir cambios en la piel, entre ellos:
Los indicios y síntomas de la endocarditis varían mucho de una persona a otra. Pueden cambiar con el paso del tiempo y dependen del germen que ocasionó la infección. Si tiene antecedentes de problemas cardíacos, cirugía en el corazón o ha padecido endocarditis anteriormente, comuníquese de inmediato con el médico si presenta algunos de estos síntomas, especialmente si ha tenido fiebre por más de tres días o si se siente inusualmente cansado y no sabe por qué.
El médico analizará sus síntomas e historial clínico antes de realizar cualquier examen. Después de este análisis, le escuchará el corazón con un estetoscopio.
Si el médico sospecha que tiene endocarditis, ordenará un examen de sangre para confirmar si el causante es una bacteria, un hongo u otro microorganismo. Un análisis de sangre también puede revelar si la causa de los síntomas radica en otra afección, como anemia.
El ecocardiograma es un examen mediante imágenes que se usa para observar el corazón y sus válvulas. Para esta prueba se usan ondas de ultrasonido para generar una imagen del corazón. El médico usa esta prueba de imágenes para detectar indicios de daños en el corazón o si éste se mueve lentamente.
Cuando el ecocardiograma no ofrece suficiente información para evaluar el corazón con exactitud, el médico podría ordenar un examen mediante imágenes adicional llamado ecocardiograma transesofágico. Esta prueba de imágenes se usa para observar el corazón pasando por la garganta. Para realizar dicha prueba se baja por la garganta una sonda delgada para lograr un panorama más detallado del corazón. El médico (o el técnico de laboratorio) le rociará un medicamento anestésico en la parte posterior de la garganta para minimizar las molestias.
Podrían ordenar que se haga un electrocardiograma para observar mejor el corazón. Este examen también puede detectar algún ritmo cardíaco anómalo.
El colapso de un pulmón puede ocasionar muchos de los mismos síntomas de la endocarditis. Si el médico sospechara que éste es el caso, podrían tomarle radiografías del pecho para observar los pulmones y ver si han colapsado o si hay acumulación de fluido en los mismos (edema pulmonar). Esto ayuda a diferenciar entre la endocarditis y el colapso pulmonar.
La endocarditis ocasionada por bacterias se trata con antibióticos. Estos medicamentos se toman hasta que desaparezcan la infección y la inflamación. Ello tarda normalmente seis semanas. Si tiene una infección avanzada podrían administrarle dichos antibióticos por vía intravenosa en el hospital hasta que muestre indicios de mejoría.
Podría ser necesario hacer una intervención quirúrgica si la endocarditis ha dañado las válvulas del corazón. La cirugía se usa para extirpar las válvulas cardíacas dañadas y remplazarlas con válvulas artificiales. Para los casos más leves, se extirpa el área dañada de la válvula y se reemplaza con materiales artificiales o tejido animal.
El daño ocasionado por la infección podría causar complicaciones. Entre ellas podrían incluirse un ritmo cardíaco anormal (como fibrilación atrial), coágulos sanguíneos e ictericia. Este daño no está confinado únicamente al corazón, donde pueden dañarse las válvulas cardiacas debido a la endocarditis, sino que la sangre infectada también puede hacer que los coágulos se desplacen a otras partes del cuerpo.
Los siguientes órganos pueden resultar afectados:
Las bacterias pueden escapar del corazón y afectar estas áreas, pero las bacterias también pueden hacer que se formen abscesos en estos órganos u otras partes del cuerpo.
Entre algunas de las complicaciones graves que pueden surgir de la endocarditis están los accidentes cerebrovasculares y la insuficiencia cardíaca.
Tener una buena higiene oral y acudir habitualmente a sus citas dentales puede eliminar parte de las bacterias dañinas que pueden acumularse en la boca. Esto reduce el riesgo de contraer endocarditis por tragar estas bacterias. Si se ha sometido a algún tratamiento dental seguido por antibióticos, asegúrese de tomarlos tal como se lo indiquen.
Si tiene antecedentes de enfermedad cardiaca, cirugía del corazón o ha padecido endocarditis con anterioridad, esté atento a los indicios y síntomas de la endocarditis. Preste atención en particular a cualquier fiebre persistente o cansancio sin razón. Si presenta alguno de estos síntomas, consulte al médico tan pronto sea posible. Además, evite hacerse perforaciones en el cuerpo, tatuajes, consumir drogas por vía intravenosa y cualquier tipo de procedimiento que pudiese permitir el ingreso de gérmenes a la sangre.
Escrito por (en Inglés): April Kahn
Revisado médicamente (en Inglés)
: Brenda B. Spriggs, MD, MPH, FACP