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La hepatitis alcohólica es la inflamación del hígado, generalmente causada por el consumo excesivo de alcohol durante un período prolongado. Si usted padece esta afección, debe dejar de beber alcohol, ya que el consumo constante puede provocar otros problemas de salud, como cirrosis (cicatrización patológica del hígado) o insuficiencia hepática.
Cuando el hígado descompone (metaboliza) el alcohol, se producen sustancias químicas muy tóxicas que pueden dejar cicatrices en el hígado, lo cual provoca inflamación y hepatitis alcohólica.
Si bien el consumo excesivo de alcohol causa hepatitis alcohólica, los médicos no están seguros de los motivos por los que aparece la afección. La hepatitis alcohólica solo se presenta en una grupo reducido de personas alcohólicas y puede también aparecer en quienes consumen alcohol en cantidades moderadas.
Dado que no afecta a todas las personas alcohólicas, existen otros factores que pueden influir en la aparición de la afección, entre ellos, los siguientes:
En las mujeres, el riesgo de padecer la enfermedad es mayor debido, posiblemente, a diferencias en la forma en que el organismo absorbe y descompone el alcohol.
Los síntomas de la hepatitis alcohólica varían según la magnitud del daño que haya sufrido el hígado. Si su caso es leve, es posible que no presente síntomas. No obstante, si se provocan más daños, puede comenzar a tener algunos de los siguientes síntomas:
Los síntomas de la hepatitis alcohólica son similares a los que provocan otras afecciones médicas. Si presenta alguno de estos síntomas, consulte al médico para recibir un diagnóstico adecuado y comenzar un tratamiento.
Si tiene síntomas de hepatitis alcohólica, el médico le hará preguntas acerca de sus antecedentes médicos y sobre el consumo de alcohol. También le realizará una exploración física para ver si tiene el hígado o el bazo inflamados. Puede, además, solicitar pruebas que confirmen el diagnóstico, por ejemplo, las siguientes:
Si no es posible confirmar el diagnóstico a través de estas pruebas, quizás el médico solicite una biopsia de hígado, que es un procedimiento lesivo en el que el médico extrae una muestra de tejido hepático. La biopsia revela la existencia de una enfermedad hepática y confirma si se trata o no de hepatitis alcohólica.
Si le diagnostican hepatitis alcohólica, deberá dejar de beber para revertir el daño que sufrió el hígado.
Incluso si el daño es demasiado grave y no puede revertirse, debe dejar de beber para evitar daños mayores. Deberá dejar de beber, especialmente si pretende controlar la adicción al alcohol. Recuerde consultar al médico sobre las diferentes opciones de tratamiento para su adicción.
Para el tratamiento de la hepatitis alcohólica también pueden administrarse medicamentos que reducen la inflamación del hígado y mejoran la función hepática.
Si está desnutrido, es posible que le receten suplementos vitamínicos y nutritivos. Si tiene dificultades para comer, se le administrarán nutrientes por medio de una sonda gástrica que se inserta en el estómago a través de la boca o la nariz y permite el ingreso de líquidos ricos en nutrientes en el organismo.
Si existen daños hepáticos graves, el médico puede recomendar un trasplante. Para estar en condiciones de recibir un trasplante, usted debe demostrar que no continuará bebiendo si recibe un nuevo hígado y no deberá consumir alcohol durante, al menos, seis meses. En algunos casos, tal vez deba recibir asesoramiento.
El pronóstico depende de la gravedad de los síntomas y de la magnitud del daño hepático. Además, también depende de su capacidad para dejar de beber. Si los síntomas son leves y usted deja de beber, el pronóstico generalmente es bueno.
Si no deja de beber y la afección se agrava, el pronóstico general y las posibilidades de recuperación también empeoran. La hepatitis alcohólica puede provocar encefalopatía hepática, una afección que se presenta cuando las toxinas generalmente filtradas por el hígado permanecen en la sangre. Estas toxinas pueden causar daño cerebral y provocar un estado de coma.
El pronóstico puede empeorar si presenta cicatrización patológica del hígado (cirrosis) como resultado del consumo de alcohol.
La mejor forma de prevenir la afección es evitar beber alcohol o, si lo hace, beber con moderación. También puede prevenirse mediante una alimentación adecuada y protegiéndose de la hepatitis C, una enfermedad de transmisión sanguínea que se contagia al compartir agujas u otros dispositivos para el consumo de drogas o a través de relaciones sexuales sin protección.
Escrito por (en Inglés): Darla Burke
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD