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El diafragma es un músculo con forma de cúpula que actúa como barrera entre el tórax y el abdomen. Separa el corazón y los pulmones de los órganos abdominales (estómago, intestinos, bazo e hígado).
Una hernia diafragmática se produce cuando uno de los órganos abdominales se desplaza hacia arriba, hacia el tórax, a través de una anomalía (abertura) en el diafragma. Este tipo de anomalía puede ser congénita (desde el nacimiento) o presentarse más adelante. No obstante, en todos los casos, es una emergencia médica y exige una intervención quirúrgica para corregirla.
La hernia diafragmática congénita se produce a causa del desarrollo anormal del diafragma mientras se forma el feto. A raíz de una anomalía en el diafragma del bebé, uno o más órganos abdominales suben hasta el tórax y ocupan el lugar de los pulmones. En consecuencia, los pulmones no pueden desarrollarse con normalidad. En la mayoría de los casos, solo se ve afectado un pulmón.
La hernia diafragmática adquirida generalmente se produce por una lesión penetrante o profunda. Los accidentes de tránsito y las caídas son las causas principales de lesiones profundas. Las lesiones penetrantes generalmente son consecuencia de heridas de arma blanca o heridas de bala. También es posible que se produzcan daños accidentales en el diafragma durante una intervención quirúrgica en el abdomen o el tórax.
La mayoría de los casos de hernia diafragmática congénita son idiopáticos, es decir, de causa desconocida. Sin embargo, en el 30 por ciento de los pacientes, existen anomalías cromosómicas.
Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de presentar hernia diafragmática adquirida:
Los síntomas de la hernia diafragmática pueden variar según la causa y la gravedad. Los siguientes signos y síntomas son frecuentes en ambos tipos de hernia:
Suele ser muy grave. Si se trata de una hernia diafragmática congénita, se produce a causa del desarrollo anormal de los pulmones; si se trata de una hernia diafragmática adquirida, se produce porque los pulmones no pueden funcionar correctamente.
Cuando el organismo no recibe suficiente oxígeno, la piel puede adquirir una coloración azulada.
Es posible que los pulmones trabajen con mayor rapidez para tratar de compensar los niveles bajos de oxígeno en el organismo.
El corazón quizás bombee sangre más rápidamente para tratar de suministrar sangre oxigenada al organismo.
Este es un síntoma frecuente de la hernia diafragmática congénita ya que es posible que uno de los pulmones del bebé no se haya formado correctamente. No se escuchan ruidos respiratorios del lado afectado o es muy difícil oírlos.
Esto se produce cuando los intestinos ascienden hasta la cavidad torácica.
Es posible que el abdomen parezca menos lleno de lo normal al palparlo (exploración física en la que se ejerce presión sobre determinadas áreas).
Por lo general, la hernia diafragmática congénita puede diagnosticarse antes de que nazca el bebé. Una ecografía puede revelar la posición anormal de los órganos abdominales en el feto, y la madre quizás tenga una mayor cantidad de líquido amniótico (líquido que rodea y protege al feto).
Después del nacimiento, pueden observarse las siguientes anomalías durante una exploración física:
Generalmente, las siguientes pruebas permiten diagnosticar ambos tipos de hernia:
Ambos tipos de hernia constituyen emergencias quirúrgicas. Debe realizarse una intervención quirúrgica para extirpar los órganos abdominales del tórax y colocarlos nuevamente en el abdomen, y luego debe repararse el diafragma.
En los casos de hernia diafragmática congénita, se recomienda realizar la intervención quirúrgica entre 24 y 48 horas después del nacimiento. El primer paso es estabilizar al bebé y aumentar los niveles de oxígeno. Esto puede lograrse por medio de la intubación endotraqueal, un procedimiento mediante el cual se inserta un tubo en la boca y se lo guía por la tráquea. El otro extremo del tubo se conecta a un respirador. Una vez que el bebé está estable, puede realizarse la intervención quirúrgica.
En los casos de hernia diafragmática adquirida, quizás también sea necesario estabilizar al paciente antes de la intervención quirúrgica. Ya que la mayoría de estos casos se deben a lesiones, puede haber otras complicaciones, como hemorragia interna. En consecuencia, la intervención quirúrgica suele realizarse lo antes posible.
El pronóstico para los pacientes que tienen hernia diafragmática depende del daño que presenten los pulmones. Según el Johns Hopkins Children's Center [Centro Infantil Johns Hopkins], el índice de supervivencia de los pacientes que tienen hernia diafragmática congénita es de más del 80 por ciento. El índice de supervivencia de los pacientes que tienen hernia diafragmática adquirida guarda relación directa con el tipo de lesión y su gravedad.
Si bien no existe una manera de prevenir la hernia diafragmática congénita, pueden tomarse medidas preventivas básicas, entre ellas, las siguientes:
Escrito por (en Inglés): Raihan Khalid
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD