Join AARP
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
Your email address is now confirmed.
You'll start receiving the latest news, benefits, events, and programs related to AARP's mission to empower people to choose how they live as they age.
You can also manage your communication preferences by updating your account at anytime. You will be asked to register or log in.
In the next 24 hours, you will receive an email to confirm your subscription to receive emails related to AARP volunteering. Once you confirm that subscription, you will regularly receive communications related to AARP volunteering. In the meantime, please feel free to search for ways to make a difference in your community at www.aarp.org/volunteer
Get exclusive member benefits & effect social change. Join Today
La leucemia es un cáncer de las células sanguíneas. En la sangre hay varios tipos de células, como glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. En general, la leucemia se refiere a un cáncer de los glóbulos blancos. Los dos tipos de glóbulos blancos que a menudo se ven afectados por la leucemia son los granulocitos y los linfocitos.
Los glóbulos blancos son componentes vitales del sistema inmunitario. Protegen al organismo contra el ataque de bacterias, virus y hongos. Los glóbulos blancos también protegen al organismo contra células anormales y otras sustancias extrañas. En la leucemia, los glóbulos blancos han mutado. Estos glóbulos blancos mutantes podrían dividirse con demasiada rapidez y finalmente desplazar a las células normales. A menudo, no funcionan como los glóbulos blancos normales.
Los glóbulos rojos se producen en la médula ósea. Los glóbulos blancos pasan de la médula ósea a los nódulos linfáticos y el bazo. También circulan por la sangre y el sistema linfático.
La leucemia puede ser aguda (aparición repentina) o crónica (aparición lenta). En la leucemia crónica, las células cancerosas crecen lentamente. Los primeros síntomas pueden ser muy leves. La leucemia aguda se desarrolla rápidamente. La cantidad de células cancerosas aumenta rápidamente y los síntomas pueden aparecer en forma temprana.
Las leucemias aguda y crónica se clasifican también según el tipo de célula. La leucemia que afecta las células mieloides se llama leucemia mieloide. Se trata de células sanguíneas inmaduras que normalmente se convertirían en granulocitos o monocitos. A la leucemia que afecta a los linfocitos se le llama leucemia linfocítica. Hay cuatro tipos principales de leucemia.
La leucemia mieloide aguda (LMA) aparece rápidamente. Puede producirse en niños y adultos. Anualmente, se diagnostican aproximadamente 13.000 nuevos casos de LMA.
La leucemia mieloide crónica (LMC) aparece lentamente y afecta mayormente a los adultos. Anualmente se diagnostican aproximadamente 5.000 nuevos casos de LMC.
La leucemia linfocítica aguda (LLA) aparece rápidamente y afecta mayormente a los niños. Anualmente se diagnostican 5.000 nuevos casos de LMC.
La leucemia linfocítica crónica (LLC) aparece lentamente. Afecta principalmente a mayores de 55 años. Muy rara vez se observa en niños. Cada año se diagnostican aproximadamente 15.000 nuevos casos de LLC.
Otro tipo de leucemia es la leucemia de células peludas. Es muy poco común.
Se desconocen las causas de la leucemia. Sin embargo, se han identificado varios factores que podrían aumentar el riesgo de tenerla. Por ejemplo:
Los síntomas de la leucemia son:
La leucemia también puede causar síntomas en órganos que han sido infiltrados o afectados por las células cancerosas. Por ejemplo, los posibles efectos sobre el sistema nervioso central son:
La leucemia también puede afectar a los pulmones, el tracto gastrointestinal, el corazón, los riñones y los testículos.
Se sospecha de leucemia cuando hay ciertos factores de riesgo o síntomas. El diagnóstico comienza con un estudio de los antecedentes médicos y una exploración física. Durante el examen médico, se tratan de detectar signos de palidez en la piel, dolor de huesos, ganglios linfáticos agrandados y agrandamiento de hígado y bazo. La leucemia no puede diagnosticarse únicamente mediante un examen médico. Por eso los médicos recurren a análisis de sangre, biopsias y estudios de imágenes para determinar si usted tiene este cáncer.
Para diagnosticar la leucemia, pueden usarse diversos análisis:
Hemograma completo para determinar la cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre. Le observación de la sangre al microscopio también permite determinar si las células tienen un aspecto anormal.
Para determinar si hay leucemia, se hace una biopsia, para lo cual se toman muestras de la médula ósea o de los ganglios linfáticos. Mediante estas pequeñas muestras puede identificarse el tipo de leucemia y su tasa de crecimiento. Las biopsias de otros órganos, como hígado y bazo, permiten determinar si el cáncer se ha diseminado.
Con una citometría de flujo se examina el ADN de las células cancerosas y se determina su tasa de crecimiento.
Los análisis de la función hepática muestran si las células de la leucemia están afectando o invadiendo al hígado. Con estos análisis se determina si hay una elevación de las enzimas hepáticas y del nivel de la bilirrubina. La bilirrubina es una sustancia producida por el hígado, producto de la destrucción de glóbulos rojos.
Para la punción lumbar se inserta una aguja fina entre las vértebras de la parte baja de la espalda. Así el médico recoge líquido cefalorraquídeo y determina si el cáncer se ha diseminado hacia el sistema nervioso central.
Los estudios de imágenes permiten saber si la leucemia ha causado daños en otros órganos. Por ejemplo:
Una vez que se diagnostica la leucemia, se determinará en qué etapa está. Esta clasificación ayuda al médico a determinar su pronóstico. El estadio de la LMA y la LLA se basa en cómo se ven las células cancerosas al microscopio y en el tipo de célula afectada. El estadio de la LMA y la LLC se basa en el recuento de glóbulos blancos cuando se hace el diagnóstico. La presencia de glóbulos blancos inmaduros (mieloblastos) en la sangre y la médula ósea se usa también para determinar en qué estadio están la LMA y la LMC.
Por lo general, el tratamiento de la leucemia lo hace un oncólogo-hematólogo. Se trata de médicos especializados en trastornos de la sangre y en cáncer. El tratamiento depende del tipo de cáncer y de la etapa en la que se encuentra. Algunos tipos de leucemia de desarrollo lento no necesitan tratamiento inmediato. A esto se le llama espera en observación. Sin embargo, el tratamiento de la leucemia suele requerir quimioterapia, radioterapia y posiblemente un trasplante de células madre.
A las células de la médula ósea que producen sangre se les llama células madre. Con el trasplante de células madre se reemplazan éstas con las células de un donante saludable. De esta forma se evita que su organismo produzca más células cancerosas. La médula ósea enferma tiene que ser destruida antes de poder hacer el trasplante de células madre. Para ello, los médicos usan quimioterapia y radiación. La radioterapia puede dirigirse a una parte específica del cuerpo o aplicarse a todo el cuerpo. A esto se le llama radiación de todo el cuerpo.
Para tratar la leucemia, también puede hacerse una terapia biológica. En ese caso, se usan medicamentos que fortalecen el sistema inmunitario. El objetivo de la terapia es usar medicamentos que aprovechen vulnerabilidades específicas de las células cancerosas. Imatinib (Gleevec) es un medicamento que actúa contra una proteína que se encuentra en las células de la LMC.
El pronóstico a largo plazo de los pacientes con leucemia depende del tipo de cáncer y de su estadio cuando se hace el diagnóstico. Cuanto antes de diagnostique la enfermedad y cuanto más rápidamente se la trate, mejores serán las probabilidades de recuperarse.
Los siguientes factores pueden afectar negativamente el pronóstico de la leucemia:
Escrito por (en Inglés): Verneda Lights and Elizabeth Boskey, PhD
Revisado médicamente (en Inglés)
: George Krucik, MD